Best 12 quotes of Jacques Cazotte on MyQuotes

Jacques Cazotte

  • By Anonym
    Jacques Cazotte

    The truth is that the devil is very cunning. The truth is that he is not always as ugly as they say.

  • By Anonym
    Jacques Cazotte

    ¡Ah, Biondetta —me decía a mí mismo—, si no fueses un ser fantástico, si no fueses aquel espantoso dromedario! Pero ¿por qué impulso me dejé llevar? He vencido el miedo; extirpemos un sentimiento más peligroso. ¿Qué ternura puedo esperar de ella? ¿Renunciaría, acaso, a su origen? El fuego de sus miradas tan conmovedoras, tan dulces, es un cruel veneno. Esa boca tan bien formada, tan coloreada, tan fresca y en apariencia tan ingenua no se abre más que para engaños e imposturas. Ese corazón, si lo fuese, no se encendería sino para una traición.

  • By Anonym
    Jacques Cazotte

    ¡Ah! Si pudiese llegar y echarme a las rodillas de doña Mencía —me digo a mí mismo—, si pudiera ponerme bajo la salvaguardia de mi respetable madre, fantasmas, monstruos que os habéis ensañado conmigo, ¿os atreveréis a violar ese asilo? Allí volveré a encontrar, junto con los sentimientos de la naturaleza, los principios saludables de los que me he apartado; ellos serán mi escudo frente a vosotros.

  • By Anonym
    Jacques Cazotte

    ¡Ah! Si pudiese llegar y echarme a las rodillas de doña Mencía —me digo a mí mismo—, si pudiera ponerme bajo la salvaguardia de mi respetable madre, fantasmas, monstruos que os habéis ensañado conmigo, ¿os atreveréis a violar ese asilo? Allí volveré a encontrar, junto con los sentimientos de la naturaleza, los principios saludables de los que me he apartado; ellos serán mi escudo frente a vosotros. Pero si las penas ocasionadas por mis desórdenes me han privado de ese ángel tutelar… ¡ah!, entonces no quiero vivir más que para vengarla de mí mismo. Me sepultaré en un claustro… ¡Eh!, ¿quién me librará allí de las quimeras que engendre mi cerebro? Con todo, abrazaré el estado eclesiástico. Sexo encantador, debo renunciar a ti: una larva infernal se ha revestido con todas las gracias que yo idolatraba; lo más conmovedor que viese en ti me recordaría…

  • By Anonym
    Jacques Cazotte

    Ingrato, coloca la mano sobre este corazón que te adora; que el tuyo se anime, si es posible, con la más ligera de las emociones que tan sensibles son en el mío. Deja que fluya por tus venas un poco de esa llama deliciosa que abrasa las mías; suaviza, si puedes, el sonido de esa voz tan propia para inspirar amor y de la que no te sirves, y en exceso, más que para asustar mi alma tímida; dime, en fin, si te es posible, pero con la misma ternura que yo siento por ti: mi querido Belcebú, te adoro…

  • By Anonym
    Jacques Cazotte

    Los prejuicios han nacido en ti a falta de luces y, sea razonando, sea sin razonar, hacen que tu conducta sea tan inconsecuente como extraña. Sometido a verdaderos deberes, te impones otros con los que es imposible o inútil cumplir; finalmente, buscas hacerte separar del camino en la persecución del objeto cuya posesión te parece más deseable. Nuestra unión, nuestros vínculos pasan a depender de una voluntad ajena.

  • By Anonym
    Jacques Cazotte

    Me retiré lleno de curiosidad y hambriento de las ideas nuevas que muy pronto colmarían mi espíritu con la ayuda de Soberano. Lo vi al otro día, y los siguientes; no tuve otra pasión; me convertí en su sombra.

  • By Anonym
    Jacques Cazotte

    Mi joven amigo, mucho me complace vuestra ignorancia; es tan valiosa como la doctrina de los demás: al menos no vivís en el error y, si bien no estáis instruido, sois susceptible de estarlo. Vuestro natural, la franqueza de vuestro carácter, la rectitud de vuestro espíritu, me agradan.

  • By Anonym
    Jacques Cazotte

    No existe el azar en el mundo; en él todo ha sido y será siempre una serie de combinaciones necesarias que sólo pueden ser entendidas a través de la ciencia de los números, cuyos principios son al mismo tiempo tan abstractos y tan profundos que no pueden ser aprehendidos si no se es guiado por un maestro; pero es preciso haber sabido proporcionárselo y unirse a él. No puedo describiros este conocimiento sublime más que por una imagen. El encadenamiento de los números forma la cadencia del universo, regula los llamados sucesos fortuitos y supuestamente determinados obligándolos mediante balancines invisibles a caer cada uno a su vez, desde lo que de importante ocurre en las esferas alejadas hasta las miserables pequeñas probabilidades que hoy os han despojado de vuestro dinero.

  • By Anonym
    Jacques Cazotte

    ¡Oh poder de las lágrimas, sin duda el más poderoso de todos los rasgos del amor! Mis desconfianzas, mis resoluciones, mis juramentos, todo queda olvidado. Queriendo secar el manantial de aquel precioso rocío, me había acercado demasiado a aquella boca donde la frescura se unía al dulce perfume de la rosa; y, aunque quiero alejarme, dos brazos, cuya blancura, suavidad y forma no sabría describir, actúan como lazos de los que no me puedo desprender.

  • By Anonym
    Jacques Cazotte

    —¿Somos siempre dueños de no contrariar? Soy mujer por propia elección, Álvaro, pero mujer al fin, expuesta a sentir todo género de impresiones; no soy de mármol. He escogido entre las zonas la materia elemental que compone mi cuerpo: es muy susceptible; si no lo fuese, carecería de sensibilidad, no me harías sentir nada y me volvería insípida para ti. Perdóname por haber corrido el riesgo de tomar todas las imperfecciones de mi sexo para reunir, si podía, todas sus gracias; pero la locura ya está hecha y, constituida como lo estoy ahora, mis sensaciones son de una vivacidad a la que nada se acerca: mi imaginación es un volcán. Tengo, en una palabra, pasiones de una violencia tal que debería asustarte, si no fueses el objeto de la más arrebatada de todas y si no conociésemos mejor los principios y efectos de esos impulsos naturales de lo que se los conoce en Salamanca. Allí les dan nombres odiosos; hablan, por lo menos, de reprimirlos. ¡Reprimir una llama celeste, resorte único mediante el cual el alma y el cuerpo pueden actuar recíprocamente uno sobre otro y forzarse a colaborar en el mantenimiento necesario de su unión! ¡Es una completa idiotez, mi querido Álvaro! Debemos controlar esos impulsos, pero de cuando en cuando debemos ceder ante ellos; si los contrariamos, si los sublevamos, escapan todos a la vez y la razón no sabe ya dónde sentarse para gobernar. Cuida de mí en estos momentos, Álvaro; no tengo más que seis meses, estoy entusiasmada con todo lo que siento; piensa que una de tus negativas, una palabra que me digas desconsideradamente, indignan al amor, rebelan al orgullo, despiertan el desprecio, la desconfianza, el temor.

  • By Anonym
    Jacques Cazotte

    Todo esto me parece un sueño —me decía a mí mismo—. Pero ¿qué es la vida humana sino un sueño? El mío es más extraordinario que los de los demás, eso es todo. La he visto con mis propios ojos, esperando que el arte la socorriese, llegar casi a las puertas de la muerte, pasando por todos los términos del agotamiento y del dolor. El hombre fue una mezcla de un poco de barro y de agua. ¿Por qué una mujer no va a estar hecha de rocío, de vapores terrestres y rayos de luz, de los restos condensados de un arco iris? ¿Dónde está lo posible?… ¿Dónde lo imposible?