Best 10 quotes of Beatriz Preciado on MyQuotes

Beatriz Preciado

  • By Anonym
    Beatriz Preciado

    ¿Cómo explicar lo que me ocurre? ¿Qué hacer con mi deseo de transformación? ¿Qué hacer con todos los años en los que me he definido como feminista? ¿Qué tipo de feminista seré ahora, una feminista adicta a la testosterona, o más bien un transgénero adicto al feminismo? No me queda otro remedio que revisar mis clásicos, someter las teorías a la sacudida que provoca en mí esta nueva práctica de administración de testosterona. Aceptar que el cambio que tiene lugar en mí es la mutación de una época.

  • By Anonym
    Beatriz Preciado

    El sexo, su verdad, su visibilidad, sus formas de exteriorización, la sexualidad, los modos normales y patológicos del placer, y la raza, su pureza o su degeneración, son tres potentes ficciones somáticas que obsesionan al mundo occidental a partir del siglo XIX hasta constituir el horizonte de toda acción teórica, científica y política contemporánea. Son ficciones somáticas no porque no tengan realidad material, sino porque su existencia depende de lo que Judith Butler ha denominado la repetición performativa de procesos de construcción política.

  • By Anonym
    Beatriz Preciado

    Hasta el siglo XVII, coincidiendo con un régimen soberano de sexualidad, la epistemología sexual está dominada por lo que el historiador Thomas Laqueur llama «un sistema de semejanzas» que permite leer la anatomía sexual femenina como una variación débil, interiorizada y degenerada del único sexo que tiene existencia ontológica: el sexo masculino. Los ovarios son entendidos como testículos interiorizados y la vagina como un pene invertido que sirve de receptáculo, según una metáfora de inseminación agrícola, al sexo masculino. El aborto y el infanticidio son prácticas corrientes no reguladas por entidades estatales, sino por los diferentes poderes económico-políticos a los que el cuerpo gestante se encuentra atado en cada caso (tribu, casa feudal, pater familias, etc.). Se trata, podríamos decir siguiendo a Laqueur, de un modelo mono-sexual (masculino) del que surgen dos expresiones sociales y políticas jerárquicamente diferenciadas: «el hombre», canon de lo humano, y «la mujer», receptáculo reproductivo.

  • By Anonym
    Beatriz Preciado

    Hombres y mujeres son hoy bio-productos de un sistema sexual esquizoide abocado a la autodestrucción. Los hombres y las mujeres son criaturas «deficientes, emocionalmente limitadas», «deficientes emocionales», criaturas «egocéntricas, encerradas en sí mismas, incapaces de empatía, identificación, amor, amistad, afección o ternura», son «unidades aisladas», criaturas a las que el rígido sistema clase-sexo-género-raza obliga a una autovigilancia y un autocontrol constantes, dedicando a este agenciamiento brutal de sus subjetividades un tiempo comparable a la extensión total de sus vidas; criaturas físicamente débiles una vez que toda su potencia vital ha sido utilizada en la contención de su propia multiplicidad corporal, incapaces de encontrar satisfacción en la vida, políticamente muertas antes de haber dejado de respirar. No quiero el género femenino que me fue asignado en el nacimiento. No quiero tampoco el género masculino que la medicina transexual me promete y que el Estado me acabará otorgando si me porto bien. No quiero.

  • By Anonym
    Beatriz Preciado

    Hoy la situación parece mucho más compleja: el cuerpo individual funciona como una extensión de las tecnologías globales de comunicación. Dicho con la feminista americana Donna Haraway, el cuerpo del siglo XXI es una plataforma tecnoviva, el resultado de una implosión irreversible de sujeto y objeto, de lo natural y lo artificial. De ahí que la noción misma de «vida» resulte arcaica para identificar los actores de esta nueva tecnoecología. Por ello, Donna Haraway prefiere la noción de «tecnobiopoder» a la foucaultiana de «biopoder», puesto que va no se trata de poder sobre la vida, de poder de gestionar y maximizar la vida, como quería Foucault, sino de poder y control sobre un todo tecnovivo conectado.

  • By Anonym
    Beatriz Preciado

    Mientras espero en la cola del cine para ver King Kong con V. D., me divierto tomando cada una de las figuras humanas que están en mi campo visual, aumentando o disminuyendo de forma mental su nivel de testosterona. Los bio-hombres parecen simplemente mujeres más o menos testosteronadas a las que se les ha añadido una plusvalía política, a las que se les ha dicho desde pequeñas: «Tú vales más que ellas, el mundo es tuyo, ellas son tuyas, tu polla es dueña de todo». Las bio-mujeres resultan hombres quirúrgica y endocrinológicamente tratados; más o menos sofisticados entramados de colágeno sintético, silicona implantada, estrógeno activo y falta de reconocimiento político.

  • By Anonym
    Beatriz Preciado

    No hay dos sexos, sino una multiplicidad de configuraciones genéticas, hormonales, cromosómicas, genitales, sexuales y sensuales. No hay verdad del género, de lo masculino y de lo femenino, fuera de un conjunto de ficciones culturales normativas.

  • By Anonym
    Beatriz Preciado

    Pensando en las transformaciones de la sociedad europea de finales del siglo XVIII, Foucault describe el paso de lo que él llama una «sociedad soberana» a una «sociedad disciplinaria» como el desplazamiento de una forma de poder que decide y ritualiza la muerte a una nueva forma de poder que calcula técnicamente la vida en términos de población, salud e interés nacional. Foucault llama biopoder a esta nueva forma de poder productor, difuso y tentacular. El poder desborda así el dominio de lo jurídico, del ámbito punitivo, para volverse una fuerza que penetra y constituye el cuerpo del individuo moderno. Este poder ya no se comporta como una ley coercitiva, como un mandato negativo, sino que, más versátil y acogedor, adquiere la forma de una tecnología política general, metamorfoseándose en arquitecturas disciplinarias (prisión, cuartel, escuela,, hospital, etc.), textos científicos, tablas estadísticas, cálculos demográficos, modos de empleo, recomendaciones de uso, calendarios de regulación de vida y proyectos de higiene pública. Foucault había intuido la centralidad del sexo y de la sexualidad en el moderno arte de gobernar la vida: los procesos de histerización del cuerpo femenino, la pedagogía del sexo del niño, la regulación de las conductas de procreación y la psiquiatrización de placeres perversos serán para Foucault los ejes de este proyecto, al que caracteriza, no sin ironía, como un proceso de modernización de la sexualidad.

  • By Anonym
    Beatriz Preciado

    Queremos apoderarnos del género, redefinir nuestros cuerpos y crear redes libres y abiertas donde poder desarrollarnos, donde cualquiera pueda construir sus mecanismos de seguridad contra las presiones de género. No somos víctimas, nuestras heridas de guerra nos sirven como escudo... Nos presentamos no como terroristas, sino como piratas, trapecistas, guerrilleros, RESISTENTES del género… Defendemos la duda, creemos en el «volver atrás» médico como un seguir hacia delante, pensamos que ningún proceso de construcción debe tacharse de IRREVERSIBLE. Queremos visibilizar la belleza de la androginia. Creemos en el derecho a quitarse las vendas para respirar y el de no quitárselas nunca, en el derecho a operarse con buenos cirujanos y no con CARNICEROS, en el libre acceso a los tratamientos hormonales sin necesidad de certificados psiquiátricos, en el derecho a auto-hormonarse. Reivindicamos el vivir sin pedir permiso... Ponemos en duda el protocolo médico español que desde hace años establece unas pautas absurdas y tránsfobas para cualquier ciudadano que desea tomar hormonas de su «sexo» contrario. No creemos en las disforias de género, ni en los trastornos de identidad, no creemos en la locura de la gente, sino en la locura del sistema. No nos clasificamos por sexos, nosotros somos todos diferentes independientemente de nuestros genitales, nuestras hormonas, nuestros labios, ojos, manos... No creemos en los papeles, en el sexo legal, no necesitamos papeles, ni menciones de sexo en el DNI, creemos en la libre circulación de hormonas (que, de hecho, ya existe..). No queremos más psiquiatras, ni libro de psiquiatras/ psicólogos, no queremos más «Test de la Vida Real»... No queremos que nos traten como enfermos mentales..., porque no lo somos... ¡y así es cómo nos llevan tratando desde hace mucho tiempo! Creemos en el activismo, en la constancia, en la visibilidad, en la libertad, en la resistencia... GUERRILLA TRAVOLAKA

  • By Anonym
    Beatriz Preciado

    Vacunarse de testosterona puede ser una técnica de resistencia para los cuerpos que hemos sido asignados como bio-mujeres. Adquirir una cierta inmunidad política de género: como coger un pedo de masculinidad, estar borracha de masculinidad. Saber que es posible devenir la especie dominante.