Best 3 quotes of Alaine Scott on MyQuotes

Alaine Scott

  • By Anonym
    Alaine Scott

    Ella contuvo la respiración y él se tragó el suspiro con otro beso. Su cuerpo se estremecía por la necesidad de desnudarla, follarla otra vez, de poseerla por completo. No era solo su cuerpo lo que quería, eso ya le pertenecía, quería su misma alma. Mientras la mente de Kayen se veía desbordada por las imágenes eróticas, y se dejaba emborrachar por su sabor, ella liberó una mano y la deslizó entre sus cuerpos de forma valerosa, cerrando los dedos en torno a su polla por encima de las amplias calzas." (Kisha y Kayen.)

  • By Anonym
    Alaine Scott

    No podía perder a Kisha. Evocó sus labios rosados, tan jugosos y dulces, y la forma en que lo besaban. La suave forma de su rostro, y la manera en que el dorado pelo le caía sobre los hombros, o se desparramaba sobre la almohada cuando le hacía el amor. Los tiernos gemidos que salían por su boca mientras él la acariciaba. Las duras puntas que coronaban sus pechos, y como se arrugaban y se endurecían todavía mas cuando él las lamía. El aroma a verano que siempre la acompañaba. Su risa, fresca como un amanecer. O la forma en que lo miraba a los ojos, sin miedo, entregándole el alma con cada suspiro. No podía perderla. El mundo no podía perder a una mujer que a pesar de su condición de esclava, esperaba lo mejor de los demás. Una mujer que se ganaba a los demas con risas y amabilidad. Una mujer que cuando lo miraba no veía al guerrero, ni al Gobernador, sino al hombre que había detrás, y había conseguido leerle el alma como si estuviera alli dentro con él. Eso era. Kisha era su alma. Su vida. Su aliento. No podía perderla, porque sin ella no era nada." (Kayen cabalgando de vuelta a Kargul para salvar a Kisha).

  • By Anonym
    Alaine Scott

    - Pero yo quiero que tú lo experimentes primero, pequeña Kisha. Quiero deleitarme en el rubor que se apodera de todo tu cuerpo cuando el orgasmo se precipita. Quiero ver el fulgor en tus ojos y oírte suplicar por más. Necesito que en tu linda cabecita no haya sitio para otra cosa mas que para mi. (...) Me gusta verte desnuda, jadeante, mojada, y ansiosa. (...) Kisha cerró los ojos mientras él empujaba con estocadas lentas y profundas, y cuando soltó sus manos se apresuró a enterrarlas en el sedoso y largo pelo de él, atrayéndolo de nuevo hacia su boca y entregándole el alma con un beso igualmente posesivo. Porque ella también sentía que él le pertenecía, aunque no fuese mas que una esclava en su harén." (Kayen y Kisha).