Best 4 quotes of Alejandro Grimson on MyQuotes

Alejandro Grimson

  • By Anonym
    Alejandro Grimson

    Mito: Masividad y calidad son dos términos irreconciliables El mayor acceso a la educación genera fuertes tensiones y desafíos en todos los países. Si un número relevante de niños y jóvenes que estaban fuera del sistema ingresan en él, como sucedió en años recientes en la Argentina, sobre todo a partir de la obligatoriedad del secundario, la composición social y cultural de las aulas se transforma. Para los docentes, crece el desafío de dar respuesta a una situación que no admite recetas simples. En las instituciones donde este cambio ha sido más significativo muchos docentes se sienten desbordados por la complejidad del escenario. [...] Pero una cosa es que no existan recetas y otra muy diferente es que las dificultades lleven a situaciones de frustración que terminen por consagrar un mito: no se pueden llevar adelante buenos procesos de enseñanza con alumnos que “no quieren aprender”. Este mito busca atacar las políticas de inclusión que “meten” en la escuela, y en el aula, a los “alumnos problema”. [...] Es habitual que la elite sienta nostalgia de la homogeneidad social y cultural, de los buenos tiempos en que a “toda” la sociedad le gustaba la música clásica y todo marchaba mejor que ahora, una época en la que dominan el rock y la cumbia. En realidad, esa “sociedad” de antes estaba integrada exclusivamente por quienes tenían cierta extracción de clase y gustos culturales afines. El resto de los ciudadanos estaban completamente excluidos. Añorar aquello es como sentir nostalgia por la época del primer Centenario: en 1910 no había voto universal y el analfabetismo era alto. En ese sentido, los sectores de la elite se quejan y padecen los procesos de inclusión que tienden a universalizar derechos, tendencia a la que prefieren denominar “masificación”. Y si bien la exclusión jurídica ha desaparecido, la discriminación social se advierte aún en sectores medios y altos que procuran evitar el contacto con la “masificación” o con la heterogeneidad social. Como son motivos no siempre fáciles de enunciar en voz alta, suelen mencionar otras mitomanías para justificar sus gestos y decisiones. En algunos casos, para conjurar los temores pueden permitirse asistir a colegios o universidades más exigentes (pero ¿cuántos llegan a Harvard?). Otras veces, concurren a instituciones de enseñanza privada que están muy por debajo de la educación pública. Quizás allí se ofrezca un servicio de calidad y una atención personalizada, pero esto no siempre se corresponde con la calidad académica. [...] Detrás del mito asoma una concepción elitista de la vida y de la calidad en términos de excelencia (que, por definición, no podría ser generalizada). Incluso, a veces se constata un gesto aristocrático extemporáneo, cuando esa visión elitista es enunciada por alguien que se imagina a sí mismo, en el pasado, como parte de los estratos más altos del sistema, cuando en realidad habría estado entre los excluidos. Hay que distinguir la forma de enunciar el mito de su significado. Por ejemplo, se dice que “hay que elegir entre masividad y calidad porque son incompatibles”, cuando en realidad se quiere (y no se puede) decir que debería haber “escuelas de calidad para los buenos alumnos” y “escuelas de cuarta para los alumnos de cuarta”.

  • By Anonym
    Alejandro Grimson

    Ni la conquista de Tenochtitlán, ni las desigualdades de género ni la indigencia pueden explicarse sin comprender algo acerca de la capacidad de ciertas minorías o sectores para naturalizar ideas en una sociedad determinada. Desarmar esos mitos es condición necesaria para potenciar cambios sociales y culturales.

  • By Anonym
    Alejandro Grimson

    Sé que habrá quien se sienta molesto con la palabra "falsas", ya que implica su reverso: que hay verdades. Las teorías sociales han dado muchas vueltas sobre la cuestión de la verdad (y esperemos que el debate continúe), pero hay algunos aspectos simples: no es cierto que la Argentina sea el peor país del mundo, ni el mejor, ni que no haya indios o racismo. Son creencias vigentes, muy repetidas y poderosas. Y son falsas. A veces, lo contrario de esas afirmaciones es verdadero: hay racismo en la Argentina. A veces, el asunto es bastante más complejo que la negación del enunciado.

  • By Anonym
    Alejandro Grimson

    Supuestamente estábamos destinados a ser Europa: pero no la Grecia ahora periférica o la España de la crisis o los barrios marginados de los suburbios parisinos actuales. Porque esa Europa también fue fabricada a partir de un recorte muy pequeño; así, se suponía que la Argentina sería como los barrios centrales de París. Eso posiblemente era lo que deseaban también los otros barrios de París y las otras ciudades francesas. Una aspiración bastante vanidosa y vana, incluso para varios países europeos. Esa ilusión tan desmesurada se combinó con caminos políticos que llevaban a rumbos bastante discordantes con el objetivo. Con el paso del tiempo se fue instalando la idea de que los argentinos teníamos un destino magnífico que no habíamos podido alcanzar, por alguna razón misteriosa o por culpa de tal o cual grupo.